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lunes, 5 de diciembre de 2011

LUIS EMILIO RECABARREN: UNA VIDA CONSAGRADA A LA REVOLUCIÓN SOCIAL. ACTO HOMENAJE SÁBADO 07 DE ENERO DE 2012.

LUIS EMILIO RECABARREN: UNA VIDA CONSAGRADA A LA REVOLUCIÓN SOCIAL.

Martes 06 de diciembre de 2011: Asamblea de Coordinación, 19 horas, en Brasil 658, para acto Político-Cultural en Homenaje de los anticapitalistas al Compañero LUIS EMILIO RECABARREN, del día SÁBADO 07 DE ENERO DE 2012.

Ya contamos con $310.000.- como aspecto material para el acto.  Agradecemos a: Compañero Safiro (de Suecia); Compañero Juan Carlos Montecinos (de Suecia); Compañero Nelson Soto; Compañero Luis Mesina; Compañero Julián Alcayaga; Compañero Luciano de Revolución Proletaria y al Colectivo Acción Directa.

LUIS EMILIO RECABARREN.

        A través de algunas palabras del Maestro Luis Vitale, de su texto “Los precursores de la liberación nacional y social en América Latina”, queremos expresar una semblanza de quien es considerado el Padre del Movimiento Obrero y Popular chileno.

        “En contraste con la opinión de que Recabarren sólo fue un agitador y organizador sindical y político, hemos demostrado en otros trabajos que fue también un pensador, un precursor del pensamiento marxista latinoamericano.  Después de una laboriosa y prolongada tarea de búsqueda de sus obras –muchas de ellas curiosamente desaparecidas de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile- logramos hacer una recopilación bastante completa de sus escritos.
        Este gran luchador y pensador había nacido en Valparaíso en 1876.  A los 14 años trabajaba de obrero gráfico y en 1894 ingresó al Partido Demócrata, donde rápidamente formó un ala izquierda.  Fue elegido diputado por Antofagasta en marzo de 1906, pero se le despojó del cargo por negarse a jurar por dios.  Ese mismo año rompió con el Partido Demócrata, fundando el Partido Democrático Doctrinario.  Fue condenado a 541 días por un proceso contra la Mancomunal de Tocopilla.  En 1908 viajó a Europa, donde conoció los líderes más importantes, empapándose de las principales polémicas de la II Internacional.  Como expresión de su internacionalismo proletario viajó a la Argentina con el fin de apoyar al ala izquierda del PS y luego contribuir a la creación del PC en 1918.
        Regresó a Chile, poniéndose de inmediato al frente de las luchas de los obreros mineros y urbanos.  En 1912 fundó el Partido Obrero Socialista y en 1919 ganó la dirección de la Tercera Convención Nacional de la Federación Obrera de Chile (FOCH).
        En 1922, estimuló la fusión del POS, de la FOCH y de otros organismos populares, creando el Partido Comunista.  Ese mismo año viajó a Rusia, definiéndose a favor de la revolución soviética y de la III Internacional.  En su folleto “Rusia Obrera y Campesina”, destacó las figuras de Lenin y Trotsky, a quienes cita elogiosamente en su trabajo.  Promovió la unidad obrero-campesina, dándose a la tarea de organizar el movimiento campesino.  Fue uno de los pocos marxistas de su tiempo en respaldar la lucha de la mujer por su emancipación.  Como testimonio de esta praxis igualitaria, dictó el 8 de julio de 1916 una conferencia titulada “La Mujer y su educación”, publicada ese mismo año por la Imprenta Socialista de Punta Arenas.
        En 1920, Recabarren fue levantado candidato obrero a la Presidencia de la República para evitar que las masas trabajadoras fueran canalizadas por la demagogia “populista” de Arturo Alessandri.  Derrocado éste por un grupo de jóvenes militares, se abrió una gran fase de confusión, comenzándose a formular críticas injustas a Recabarren desde la dirección de su propio partido.  Problemas políticos y personales condujeron a Recabarren a quitarse la vida el 19 de diciembre de 1924.
        Recabarren fue uno de los primeros marxistas latinoamericanos en intentar un análisis de la realidad nacional a la luz del materialismo histórico.  En momentos en que imperaba el mayor de los chovinismos, con ocasión del centenario de la Independencia, Recabarren escribió en un ensayo d e 1910, “Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana”: “¿Quiénes dieron el grito de emancipación política en 1810?  ¿Dónde estuvieron y quiénes fueron los personajes del pueblo trabajador que cooperaron a aquella jornada?  La historia escrita no nos dice nada y los historiadores sólo buscaron los héroes, los personajes, entre las familias de posición, entre la gente bien”.
        El fundador del movimiento obrero chileno fue capaz de comprender también el desarrollo del capitalismo minero y agropecuario durante la segunda mitad del siglo XIX: “La clase capitalista o burguesa, como le llamamos, ha hecho evidentes progresos a partir de los últimos 50 años, pero muy notablemente después de la guerra de conquista de 1879, en que la clase gobernante de Chile se anexó la región salitrera”.  A través de esta incisiva frase, Recabarren se convirtió en uno de los primeros en denunciar la Guerra del Pacífico como una guerra de conquista, emprendida por la burguesía chilena para apoderarse de los ricos yacimientos salitreros de las provincias de Tarapacá y Antofagasta, pertenecientes a Perú y Bolivia.
        El ensayo que comentamos también constituye un pionero análisis sociológico de la estructura social chilena de principios del siglo XX.  Luego de hacer un examen de las diferentes fracciones de la clase dominante centra su enfoque en la situación de los explotados, entregando abundante documentación sobre las condiciones de trabajo y la vida en los conventillos, siendo además uno de los primeros en detectar la irrupción de las capas medias.
        En la declaración de principios, aprobada en la III Convención Nacional de la Federación Obrera de Chile en diciembre de 1919, el fundador del movimiento obrero chileno escribió que el objetivo de la FOCH era abolir el régimen capitalista: “Abolido el sistema capitalista, será reemplazado por la Federación Obrera, que se hará cargo de la administración de la producción industrial y sus consecuencias”.  De este modo, la FOCH dejaba de ser una Central Sindical “apolítica”.  Lo novedoso era el planteamiento de que la Federación Obrera, y no el Partido, se haría cargo de “la administración de la producción”.  De ninguna manera podría pensarse que ésta era una actitud anarquista o anti-partido de Recabarren; dicha propuesta emanaba de su experiencia de lucha, que le aconsejaba señalar que la clase trabajadora organizada en su central sindical debía y estaba en condiciones de hacerse cargo de la administración de la economía del país.
        La concepción unitaria y de clase de Recabarren se expresó poco después en la creación del Partido Comunista.  A su Congreso de fundación, realizado en enero de 1922, concurrieron no sólo los militantes del POS, sino también dirigentes y sindicatos base de la FOCH, además de sectores que provenían del Partido Demócrata y activistas sindicales sin partido.  De este modo, Recabarren fundaba el primer y único partido comunista de América Latina, basado en una central obrera y sus sindicatos de base.  Esta experiencia –que no se iba a repetir- era el resultado de una profunda confianza de Recabarren en la capacidad de los trabajadores para darse su propia organización tanto sindical como política.
        Otro aspecto relevante del pensamiento de Recabarren es su concepción del socialismo: Para él se trataba no solamente de terminar con la propiedad privada de los medios de producción sino también de crear un tipo distinto de hombre y de mujer en una sociedad diferente a la capitalista.  Consciente de que el cambio de sistema económico y político no trae automáticamente una transformación de las costumbres y tradiciones de los seres humanos, insistía en los aspectos morales, en la igualdad, en el amor, en el mutuo respeto.  No por azar, comienza su folleto sobre el Socialismo con esta frase: “El socialismo es una doctrina de estructura precisa y definida, que tiene por objeto modificar las defectuosas costumbres actuales, proponiendo otras más perfectas”.
        Luego relaciona, de manera pedagógica para los trabajadores de entonces, la expropiación del capitalismo con una sociedad mejor: “Si el socialismo es la abolición de los imaginarios derechos sobre la propiedad privada, el socialismo se presenta entonces como una doctrina de la más perfecta justicia, de verdadero amor, y de progresivo perfeccionamiento individual y moral (…) El socialismo es, pues, desde el punto de vista social, una doctrina de sentimientos de justicia y moral, que tiene por objeto suprimir todas las desgracias ocasionadas por la mala organización de la actual sociedad”.  Este lenguaje de un marxista de principios de siglo aparece como extraño y “moralista” para los militantes de la izquierda actual, pero es necesario comprender que Recabarren luchaba contra las costumbres y hábitos, como el alcoholismo, que era una traba para la organización de los primeros sindicatos.  Por lo demás, no estaría mal que los partidos marxistas del presente retomaran la bandera de la lucha por crear las bases del “hombre nuevo”, que levantó con vigor y convicción el Ché Guevara.  En el fondo, Recabarren –que era ya un Hombre Nuevo- al insistir sobre ciertos principios de moral proletaria y al definir el socialismo como una doctrina que tiene por objeto “modificar las costumbres actuales”, estaba planteando un nuevo tipo de Hombre y Mujer para luchar contra el capitalismo y construir el socialismo.
        Recabarren toca el problema del amor con argumentos que hoy parecerían obsoletos en nuestra sociedad deshumanizada y alienante.  Este tema, también soslayado por algunos marxistas del presente, sigue vigente –como lo ha sido siempre en la vida cotidiana de los pueblos-.  Recabarren, que seguía de cerca la miseria sexual y amorosa de los trabajadores, lo colocó en uno de los puntos principales de sus discursos filosóficos: “En el momento presente no hay amor en la sociedad, puesto que la vida esta organizada sobre la base del egoísmo, que es la negación del amor.  No puede haber amor donde hay explotación, no puede haber amor donde hay opresión y tiranía”.
        Recabarren fomentó la creación de teatros populares tanto para elevar el nivel cultural del pueblo como para promover entre los trabajadores y trabajadoras el amor, el respeto mutuo y los vínculos igualitarios.  Escribió de su puño y letra, pequeñas obras, como “Desdicha obrera”, en 1921, un drama social en tres actos con el fin de estimular la discusión sobre las lacras de la sociedad capitalista.  Los dramaturgos de hoy podrán criticar –quizás con justa razón artística- los defectos de esas piezas pero bien podrían retomar esa senda de los teatros populares que tanto educaron al pueblo trabajador, elevando su conciencia de clase y su nivel cultural.  Lo mismo es valido para los partidos de izquierda del presente que han relegado al olvido esa experiencia de teatro popular, aceptando positivamente los grandes espectáculos donde sólo pueden asistir la burguesía y las capas medias.  Recabarren no estaba contra la presentación de las grandes obras de arte, pero al mismo tiempo propiciaba el teatro popular porque estaba conciente de que allí asistirían con mayor facilidad los explotados del campo, la ciudad y las minas.  En rigor, Recabarren estaba generando una contra-cultura.
        Esta comprensión de la vida cotidiana de los trabajadores lo condujo a convertir los locales sindicales en centros de reunión social.  Estimuló a los sindicatos para que hicieran fiestas periódicas donde la gente se divirtiera, con orquestas del pueblo, como eran las “filarmónicas”, muy famosas en la pampa salitrera.  Eran verdaderas fiestas populares, donde se bailaba, se hacían pequeños números de teatro y se gestaban los primeros amores.  Durante el día, se realizaban campeonatos de fútbol, básquet, de rayuela, tejo, etc.  Entre equipos de las diferentes fábricas y sindicatos.  Este modo de vida estimulaba la creatividad de los oprimidos que generalmente es inhibida y capada por una forma de terrorismo ideológico y cultural que impone el sistema de dominación capitalista.
        Otro de los medios utilizados por Recabarren para difundir la cultura entre los trabajadores fue la imprenta.  Es notable la cantidad de imprentas que creó a lo largo de todo el país.  Estas imprentas, financiadas peso a peso por los obreros, editaban periódicos y folletos, donde hacían sus primeras armas literarias los trabajadores, enviando poesías y comentarios de lo que ocurría en sus lugares de trabajo.  Revisando los periódicos obreros fundados por Recabarren se reciben enseñanzas acerca de cómo debe hacerse una propaganda clasista, partiendo del nivel real de conciencia de clase de los trabajadores.
        Recabarren decía: “Mientras la imprenta no estuvo en manos de los obreros, no éramos nadie; vivíamos en la oscuridad, ignorados; no podíamos desarrollar nuestro pensamiento (…) cuando ellos han dicho: ‘tengamos imprenta, y entonces perfeccionaremos nuestras inteligencias’ entonces las cosas han comenzado a cambiar””.

        Compañeros y Compañeras, debemos retomar los senderos ya abiertos por quienes nos precedieron en nuestras luchas actuales, por que estamos más convencidos que nunca que

        ¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
        SÁBADO 07 DE ENERO DE 2012 HOMENAJE A LUIS EMILIO RECABARREN EN EL PARQUE ALMAGRO, QUE HEMOS DE LLAMAR PARQUE LUIS EMILIO RECABARREN!
        HAGAMOS DEL 2012 EL AVANCE DE LAS FUERZA SOCIALES, POLÍTICAS, SINDICALES, ANTICAPITALISTAS.

        Fraternalmente,
COMANDO POR LOS DERECHOS SOCIALES Y POPULARES.
DICIEMBRE 05 DE 2011.

1 comentario :

  1. Comunicamos por este medio, que el acto Político-Cultural fijado para el sábado 07 de enero se ha suspendido.
    Fraternalmente, COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA.

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